viernes, noviembre 18, 2005


El siguiente busto del emperador Augusto (en torno al año 10 A.C. representado como Pontífice Máximo), es quizá la mayor y más conocida muestra del retrato romano conservado en la antigua Lusitania y concretamente en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida (Badajoz).

La limpieza, claridad de líneas, la maestría del cincelado y el enorme realismo que encierra se ponen al servicio de una obra majestuosa de Augusto en el cénit de su poder, y que denota poderosamente la influencia de la escultura clásica griega de la que Roma fue gran deudora.